“Estamos dando absolutamente todas las prestaciones”, subraya la doctora Olga Fernández. La ex directora del hospital Padilla asumió hace dos meses la gerencia de la Acción Social de la Universidad Nacional de Tucumán (Asunt) y desde entonces lleva adelante un plan de trabajo tendiente a normalizar el funcionamiento de una Acción Social que, según afirma, viene muy golpeada por la pandemia. Acompañada por la presidenta de Asunt, Adriana de Pedro, Fernández habló de todos los temas que preocupan a los afiliados: la calidad de los servicios, la situación económica de la Acción Social, la relación con Adiunt y los problemas que surgen con los prestadores, por ejemplo con lo sucedido en el sur de la provincia.
El Gobierno presenta esta tarde la segunda etapa del Programa de Infraestructura Universitaria- ¿Cuál es la situación actual de la Acción Social?
- Asunt no fue ajena a lo que pasó en la pandemia, que fue muy dura para el sector salud. Esto repercutió en el subsector de la seguridad social, al que corresponde Asunt. Los costos en salud fueron muy superiores a la inflación. En algunos casos, como en las prótesis, superaron el 200%. El sector de la seguridad social se maneja con aportes y contribuciones, que no crecieron en la misma medida. Esto significó un problema financiero importante.
- ¿La situación dejó a Asunt con severos problemas financieros?
- No sé si severos, pero con algunos problemas de financiamiento. Las obras sociales que están incluidas como nacionales y que pertenecen a la Superintendencia tienen un sistema solidario de redistribución, con subsidios para las prestaciones de alto costo. Asunt no recibe esos subsidios porque no está incluida. Salieron muchas leyes especiales que Asunt tuvo que financiar sin tener esta devolución en subsidios, leyes que obligan a todas las obras sociales a brindar servicios, pero como somos una Acción Social no tenemos ningún tipo de reintegro.
- Nombró los problemas financieros que generó la pandemia. ¿Qué otros problemas trajo?
- Se enfermaron muchos empleados, hubo faltantes importantes de personal y tuvimos que hacer burbujas de trabajo para que Asunt no se quedara sin prestación. Incluso debimos cerrar algunos centros. Hoy estamos en un proceso de reestructuración para afrontar este déficit financiero que dejó la pandemia. Ya se reabrieron los centros de atención, se mejoró la farmacia, en el tema de la óptica también estamos con una mejor provisión, el laboratorio está funcionando a pleno. Asunt en estos momentos está dando absolutamente todas las prestaciones; el afiliado tiene libre elección sanatorial; hay convenio con la Asociación de Clínicas y Sanatorios, y con los no incluidos en la asociación; y hay convenio con el Colegio Médico. En el sur no había farmacias adheridas y la semana pasada hemos conseguido la adhesión de tres farmacias.
- Hubo noticias de que en el sur de la provincia no se dan prestaciones, ¿es cierto?
- No. Estuvimos en el sur el miércoles de la semana pasada, nos hemos reunido con las autoridades del Círculo Médico del Sur y quedamos de acuerdo con la continuidad de los servicios. Hubo una mala interpretación por parte de gente del sur, que solicitaron una reunión, les pedimos que vinieran acá, y como no podían entonces fuimos nosotros. En ese transcurso se habló de un corte de servicios que fue de un par de días, pero se solucionó el problema. Y si alguien no recibió atención en ese lapso se le reintegra el dinero.
- Asumió al final del año pasado. ¿Cómo encontró la situación de Asunt? ¿Y cuál es el plan de trabajo?
- Había que mejorar algunas cosas. No quiere decir que estaba sin funcionar, pero había que organizar el tema de la funcionalidad de los servicios, sobre todo de la operatividad, había que recuperar algunos gastos. Todo se reorganizó para que el afiliado pueda tener los beneficios y que podamos facturarlo. Para eso necesitamos circuitos diferentes. Lo mismo con el Subsidio de Mitigación de Asimetrías (SUMA), que es un pequeño subsidio solidario entre las obras sociales universitarias, que por la pandemia se dejó de hacer, entonces estamos haciéndolo retroactivo al año pasado y reorganizando los circuitos para que este año todo pueda ser más fácil. Estamos viendo que no haya sobreprestaciones, que no haya órdenes cruzadas, que alguien no use un servicio sin ser de Asunt. También organizamos el circuito de cobros de créditos. Por ejemplo, quien compra en la farmacia tiene un descuento del 50%, y el otro 50% lo puede hacer con crédito en una cuenta corriente.
- Este año hay elecciones en la UNT. ¿Eso podría afectar la funcionalidad de Asunt?
- La funcionalidad de Asunt no es mala, es buena. De todos modos, esperamos que aunque cambien las autoridades después de mayo Asunt siempre siga funcionando, para la Universidad es muy importante que Asunt funcione bien.
- Se dice que tiene un déficit de $ 30 millones, ¿es correcta la cifra?
- En realidad no es un déficit. Asunt pedía un anticipo que después descontaba en el pago siguiente la Universidad. Con el aguinaldo se lo mejoró un poquito. También con algunas medidas como el expendio de hasta ocho fármacos.
- ¿Entonces podría decirse que se está regularizando la situación?
- Sí. Por ejemplo la ley dice que no se debe entregar leche maternizada por promoción de la lactancia materna, eso lleva a un ahorro también importante. Tal vez la disminución en el gasto en estos momentos no sea tan importante, pero en el transcurso del tiempo se va a notar.
- ¿Cómo está la relación con la dirigencias de la Asociación de Docentes e Investigadores de la UNT (Adiunt)?
- Con el gremio estamos teniendo reuniones periódicas y los escuchamos. Y las quejas que son razonables las solucionamos, porque a las quejas no hay que evadirlas, hay que escucharlas y solucionarlas. Hay que llevar la tranquilidad de que Asunt no va a cerrar. El objetivo es dejar la Acción Social funcionando a pleno. La idea es hacer un ordenamiento, que las cosas funcionen y el afiliado tenga las cosas que necesita.